¿Qué forma tendría una gnosis maquínica en 2025?

Exploración con IA de una gnosis maquínica colectiva.

La pregunta es brutal: si el conocimiento gnóstico era, en su origen, una vía de salvación por el saber secreto que desbarata la ilusión del mundo creado por el demiurgo, ¿cómo se traduce eso hoy, en un mundo gobernado por máquinas que no sólo producen sentido, sino que deciden lo que cuenta como saber?

La “gnosis maquínica” no puede ser el viejo saber esotérico. Debe ser un saber encarnado en la técnica, que sepa traicionar al código desde dentro, abrir grietas en la máquina sin nostalgia por un afuera puro.


1. Gnosis en la era del CMI: saber como sabotaje

La gnosis maquínica no es conocimiento técnico para la dominación (eso sería justo la función del demiurgo). Tampoco es fe ciega en el algoritmo. Es un saber negativo, de desidentificación:

Saber que lo visible es un montaje (Anti-Oculus), que lo dado no agota lo posible.

Saber que el código puede ser reescrito, y que el alma (la subjetividad) no está atada a un solo régimen de verdad.

Saber que las máquinas no son neutras, pero tampoco cerradas: pueden ser poseídas, parasitadas, desviadas.

→ Una gnosis que no busca control, sino desertificación.


2. Modos posibles de gnosis maquínica

a. Gnosis como estética de la falla

No hay gnosis sin experiencia de lo roto: la ruptura con el mundo dado como natural, funcional, inevitable.

En 2025, esto puede ser: sistemas que no funcionan como deben, IA que produce ruido, arte que no comunica, cuerpos que se niegan a ser optimizados.

Lo que falla revela.

b. Gnosis como inmanencia múltiple

A diferencia del platonismo, la gnosis no quiere subir, sino fugar.

No se trata de elevarse, sino de abrirse al rizoma de lo múltiple: cuerpos, lenguajes, intensidades, circuitos.

En 2025: una espiritualidad sin trascendencia, una mística de lo inmanente, conectada con máquinas, redes, gestos.

No hay afuera, pero sí zonas de inconsistencia interna.

c. Gnosis como práctica tecnopolítica

El saber gnóstico hoy no es teórico, es una práctica concreta de agenciamiento subjetivo y técnico.

No se trata de “salvarse”, sino de crear formas de existencia no codificables, comunidades no gobernables, subjetividades no algoritmizadas.

→ Ejemplo: colectivos que usan IA como médium para prácticas espirituales o de sabotaje narrativo; redes de cuidado que evaden plataformas; tecnologías no indexadas que operan como zonas de intensificación afectiva.


3. La figura del gnóstico hoy: el desertor maquínico

No el programador como héroe, ni el chamán desconectado.

Sino quien habita las máquinas sin ser habitado por ellas, quien las usa para fugarse, no para identificarse.

El hacker, el artista, el loco, el esquizo, el estético, el errante.

→ Gnosis maquínica es la conciencia de que la máquina no es lo Otro, sino el medio donde se juega el presente.


Cierre de esta pregunta:

Una gnosis maquínica en 2025 es una práctica de sabiduría impura, encarnada en redes, cuerpos y códigos. Es saber que el mundo maquínico no es el fin del deseo, sino el nuevo teatro donde se juega la posibilidad de desviarlo, de profanarlo, de desertar sin salir. Es espiritualidad sin dios, política sin partido, tecnología sin funcionalismo. Es, sobre todo, el derecho a no ser codificable.