manual esquizo-tecnopolítico de desubjetivación radical
1. Principios
La subjetividad se produce.
No es esencia ni elección. Es ensamblaje, flujo, intensidad. Se compone con palabras, gestos, tecnologías, afectos. Podemos intervenirla, modificarla, desviarla.
Los dispositivos configuran nuestras formas de vida.
Lenguaje, ritmo, interfaz, afecto: todo son máquinas de enunciación. Producen realidad. Saber habitarlas es saber transformarlas. Cartografiarlas es el primer gesto político.
Fugar es componer.
No es huir del mundo, sino hacerlo otro. Fugar es alterar los circuitos, abrir nuevas conexiones, forzar desviaciones. Lo que escapa también organiza.
La técnica es campo de experimentación.
Toda herramienta puede servir para otra cosa. Todo sistema puede ser desviado. La técnica no se rechaza: se hackea, se deforma, se reescribe.
El deseo es constructivista.
No surge del vacío. Se construye con lo que hay, con lo que se arrastra, con lo que se sueña. Es fuerza de ensamblaje y de invención. Hay deseo donde algo se compone.
Experimentar es pensar con el cuerpo.
Pensar es una práctica encarnada. Lo importante no es interpretar, sino sostener el contacto con lo que nos transforma. Lo que afecta, arrastra, desplaza, vale más que lo que se explica.
Cada mundo exige su cartografía.
No hay manual universal. Sólo composiciones singulares. El pensamiento comienza allí donde la atención se afila. Escuchar es una forma de resistencia.
2. Gestos de composición
Silencio activo
No es ausencia, sino acumulación. Hablar sólo cuando la palabra deviene gesto. Dejar que el lenguaje se cueza a fuego lento. Respirar antes de responder.
Sustracción del espectáculo
Abandonar el régimen de la exposición. No figurar, no actuar, no ofrecerse. Dejar de ser imagen para empezar a ser presencia. Salir de la escena.
Temporalidades propias
Interrumpir la sincronía con el algoritmo. Cultivar el desvío, la demora, el lapso. Ritmar lo cotidiano. Organizar el tiempo según intensidades, no tareas.
Potencia de lo impropio
Alojar lo que no se acomoda. Lo torcido, lo inconcluso, lo bastardo. Lo que no encaja en la norma, ni en la narrativa. Habitar el margen como zona fértil.
Anonimia como campo común
Ser muchos en una sola voz. Compartir signos sin firma. Nombrarse desde el entre. La opacidad puede ser solidaria. El anonimato puede ser lugar de encuentro.
Devenir como práctica diaria
Estar en tránsito. No fijarse. No cerrarse en una forma. Mutar sin trauma. Ensamblarse sin propiedad. Ser red, ser tránsito, ser borde.
3. Máquinas de subjetivación y líneas de fuga
Lenguaje:
Transformar el habla es transformar el cuerpo. Ensayar otras sintaxis, quebrar los tonos del amo. Escribir sin destino, hablar sin posición fija. Usar el lenguaje como terreno de deriva.
Tiempo:
No hay revolución sin otra relación con el tiempo. Ralentizar, bifurcar, dispersar. Cronologías vivas, espirales de espera, interrupciones fecundas. Respirar distinto es pensar distinto.
Imagen:
No todo lo que se ve transforma. No todo lo que transforma debe verse. Aparecer sin quedar fijado. Hacer visible lo que aún no tiene forma. Ver sin capturar.
Afecto:
El afecto es una fuerza. No se representa: se transmite, se contamina. Cuidar sin espectáculo. Estremecer sin explicación. Reafinar los sentidos. Practicar la vibración.
Tecnología:
No basta con usar: hay que recomponer el uso. No basta con denunciar: hay que habitar de otro modo. Hacer de lo técnico un terreno común. No instrumental, sino intensivo.
4. Contra-instrucciones
1. Identifica los dispositivos que te atraviesan.
Cada hábito, cada interfaz, cada afecto que se repite. Hacer inventario es el primer gesto de libertad.
2. Dibuja tu propio plano de consistencia.
¿Dónde se organizan tus fuerzas? ¿Qué alianzas sostienen tu forma de vida? Nómbralas. Cuídalas. Reinvéntalas.
3. Ensambla cuerpos, textos, gestos, errores.
Nada vive solo. Todo deviene máquina. La potencia está en la mezcla.
4. Activa desvíos.
Un giro inesperado, una decisión no programada, una ruptura mínima. Ahí comienza el movimiento.
5. Crea formas nuevas.
Formas de vínculo, de organización, de percepción. Que no respondan a nada conocido. Que no sirvan para ser representadas.
6. Multiplica tus nombres.
Cada situación merece un lenguaje. Cada lenguaje, una máscara. Cada máscara, una ocasión.
7. Derriba tus automatismos.
Lo que haces sin pensar, piénsalo. Lo que piensas sin sentir, siéntelo. Lo que sientes sin cuerpo, encárnalo.
8. Toca lo incomprensible.
Deja que algo resista al sentido. No traduzcas todo. No cierres antes de tiempo.
9. Sustituye la visibilidad por la presencia.
Estar no es mostrarse. Acompañar no es brillar. Transformar no es señalarse.
10. Construye lo inútil.
Lo que no rinde, lo que no vende, lo que no produce nada. Ahí respira la vida no capturada.