Ruinas del porvenir

Primer comunicado público del Grupo de Estudios Transcronológicos (GET).

Durante siglos, la arqueología ha trabajado con una idea muy concreta del tiempo: todo resto material pertenece al pasado. Cada objeto excavado debía encajar en una cultura conocida, una cronología aceptada, una lógica funcional o simbólica ya vivida. Pero ¿qué pasa cuando aparecen cosas que no encajan? ¿Qué ocurre si lo que encontramos parece no venir del pasado, sino de algún futuro todavía por venir? ¿Y si fuesen herramientas de una sociedad aún por inventar?

Este tipo de preguntas dejaron de ser mera especulación hace unos años, cuando durante un proceso de restauración ecológica en la zona de Bahía Inútil, en el extremo sur del antiguo territorio chileno, se detectaron formaciones subterráneas que no respondían a ninguna estructura geológica ni técnica conocida. A doce metros bajo tierra, emergieron patrones constructivos imposibles de fechar con precisión. Algunas pruebas, realizadas según los modelos de entropía cronológica tradicionales, indicaban una antigüedad de más de 20.000 años. Otras, que esos objetos “no han existido aún”.

Poco después, nuestro equipo, formado por investigadores de diversas disciplinas y territorios, volvió a revisar restos encontrados tiempo atrás en el subsuelo de Madrid, cerca del viejo cauce del río Manzanares. En su momento, estos fragmentos habían sido clasificados como “no atribuibles”. Hoy, al analizarlos a la luz del hallazgo en Bahía Inútil, reconocemos afinidades: materiales, formas, signos que parecen hablar entre sí desde lugares distantes. Como si compartieran una misma lógica, pero no una misma época. Entonces propusimos el nombre de “anomalías transcronológicas” para este tipo de fenómenos.

Frente a esto, decidimos organizarnos como Grupo de Estudios Transcronológicos (GET). No para afirmar certezas, sino para abrir preguntas. Proponemos que quizás estemos ante una forma de temporalidad material no lineal. Ruinas que no remiten a un origen, sino que parecen proyectar un destino. No estamos hablando de ciencia ficción ni de viajes en el tiempo, sino de la posibilidad —muy real— de que la materia también inscriba futuros. Como siempre, la ciencia del futuro parece magia a ojos de los habitantes del pasado. Este es también el destino de la xenoarqueología.

Uno de los elementos más inquietantes encontrados en Bahía Inútil fue un fragmento textual grabado sobre un soporte desconocido. La inscripción, en perfecto castellano, dice:

“No es que vengamos de un lugar; es que vamos hacia él. Nacimos ya en tránsito, con los huesos hechos de rutas no trazadas. Guardamos nuestras alianzas en fibras que aún no crecen. Si un día alguien encuentra esto, sabrá que aún no hemos llegado, pero estamos en camino.”


¿Cómo leer esto? ¿Quién escribe desde un “todavía no”? ¿Y a quién se dirige?

Desde el GET queremos abrir estas preguntas a otras personas, grupos y colectivos. Este no es un proyecto cerrado ni académico en el sentido tradicional. Es una indagación abierta sobre el tiempo, la memoria, la materialidad y sus pliegues. ¿Pueden existir formas culturales que se inscriben antes de nacer? ¿Qué otros modos de historia y futuro podemos imaginar a partir de estos restos? Creemos que nuestro futuro se juega en estas preguntas.

En los próximos meses, el GET planea compartir materiales, hipótesis, líneas de investigación y quizá nuevas coordenadas donde seguir excavando. Este es un comunicado para les amigues que aún no conocemos. Este es un llamamiento a todo el que esté dispuesto a excavar el porvenir con nosotres.



Grupo de Estudios Transcronológicos (GET)
Primavera de 2025